Ojo por ojo, diente por
diente, una etnografía de la crueldad.
Los elementos que
constituyen y distinguen el problema del narcotráfico en México son la
violencia, la extorsión, la corrupción y el saldo de cuentas que desembocan en
la muerte a través de asesinatos intencionados, que cada vez se vuelven más
cotidianos y sus formas se diversifican haciéndolos más efectivos y sobre todo
más impactantes y sugestivos para con sus enemigos, y también con la sociedad
que se ve afectada sobre todo con las imágenes de los asesinatos que son
grabados y divulgados masivamente por diferentes medios, pero que a la vez se
vuelven pertenecientes a la cotidianidad social que cada vez se asombra menos
con las acciones realizadas por los narcotraficantes.
Las formas de asesinatos
entre los diferentes carteles de México para saldar las cuentas y acabar con
cada persona y grupos que se interpongan u obstaculicen sus actividades de
comercio de droga y trunquen sus negocios afectando los ingresos económicos se
diversifican creando nuevas maneras de acabar con la vida de las personas.
Estas formas de asesinato van acompañadas de tortura para sacar información y
de mensajes a sus enemigos para intimidar y crear ansiedad al saberse
sentenciados de muerte.
Las formas en que se producen
los asesinatos se vuelven más impactantes mandando un mensaje por si mismo a
través del mismo acto violento. Se convierten en actos directos y de tortura
para quien recibe el ataque por medio de degollar a la persona o sumergirlo en
aceite hirviendo o en un tambo lleno de cemento donde la victima sufre una
larga agonía contrastando con su lenta muerte.
De esta manera se pagan las
cuentas cuando se lleva a cabo el secuestro de una persona o de un grupo de
personas aunque también existe otras formas “menos directas” a través de
tiroteos, de bazukazos o de granadas de fragmentación; estas dos ultimas armas
se convierten en la manifestación más tajante de corrupción y de la integración
de exintegrantes del ejercito incorporados al narco. Sin embargo todo el
fenómeno del narcotráfico delata el sistema de gobierno del país que no se
encuentra preparado para una problemática tan exigente como la que se vive en
el país, y de esta misma manera se demuestra que la sociedad esta fragmentada y
sobre todo no se encuentra con una disposición para enfrentar el problema,
sino, que al contrario se respira un ambiente de incertidumbre, de confusión y
de impotencia con este fenómeno tan masivo y tan envolvente.
Edgar Alejandro Guadarrama
Rueda.
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