martes, 29 de mayo de 2012


Ojo por ojo, diente por diente, una etnografía de la crueldad.
Los elementos que constituyen y distinguen el problema del narcotráfico en México son la violencia, la extorsión, la corrupción y el saldo de cuentas que desembocan en la muerte a través de asesinatos intencionados, que cada vez se vuelven más cotidianos y sus formas se diversifican haciéndolos más efectivos y sobre todo más impactantes y sugestivos para con sus enemigos, y también con la sociedad que se ve afectada sobre todo con las imágenes de los asesinatos que son grabados y divulgados masivamente por diferentes medios, pero que a la vez se vuelven pertenecientes a la cotidianidad social que cada vez se asombra menos con las acciones realizadas por los narcotraficantes.
Las formas de asesinatos entre los diferentes carteles de México para saldar las cuentas y acabar con cada persona y grupos que se interpongan u obstaculicen sus actividades de comercio de droga y trunquen sus negocios afectando los ingresos económicos se diversifican creando nuevas maneras de acabar con la vida de las personas. Estas formas de asesinato van acompañadas de tortura para sacar información y de mensajes a sus enemigos para intimidar y crear ansiedad al saberse sentenciados de muerte.
Las formas en que se producen los asesinatos se vuelven más impactantes mandando un mensaje por si mismo a través del mismo acto violento. Se convierten en actos directos y de tortura para quien recibe el ataque por medio de degollar a la persona o sumergirlo en aceite hirviendo o en un tambo lleno de cemento donde la victima sufre una larga agonía contrastando con su lenta muerte.
De esta manera se pagan las cuentas cuando se lleva a cabo el secuestro de una persona o de un grupo de personas aunque también existe otras formas “menos directas” a través de tiroteos, de bazukazos o de granadas de fragmentación; estas dos ultimas armas se convierten en la manifestación más tajante de corrupción y de la integración de exintegrantes del ejercito incorporados al narco. Sin embargo todo el fenómeno del narcotráfico delata el sistema de gobierno del país que no se encuentra preparado para una problemática tan exigente como la que se vive en el país, y de esta misma manera se demuestra que la sociedad esta fragmentada y sobre todo no se encuentra con una disposición para enfrentar el problema, sino, que al contrario se respira un ambiente de incertidumbre, de confusión y de impotencia con este fenómeno tan masivo y tan envolvente.

Edgar Alejandro Guadarrama Rueda.

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