martes, 29 de mayo de 2012


NACIÓN, ESTADO Y VIOLENCIA.
Los sentimientos son parte esencial de los seres humanos, el sentir no tiene una definición, las pasiones siempre están construidas por subjetividades y abstracciones que son tangibles solo cuando la presencia se ha apoderado del o los individuos. El nacionalismo precisamente tiene esa connotación y las masas tienen un sentimiento compartido y de pertenencia hacia su nación, y no necesitan buscar ninguna explicación racional para actuar conforme le dicta su sentido de pertenencia y arraigo a un lugar. El nacionalismo es una forma de expresar una individualidad dentro de una colectividad, es demostrar la superioridad de la pertenencia a un lugar por el simple hecho de nacer en esa parte del mundo, combinando tanto el poder sustentado en adjetivos como la conformidad de estar en el lugar correcto, esto implica que por default no se esta equivocado por que nació en el país correcto.
El nacionalismo es la proporción de la religiosidad, causa una identidad si saber precisamente cual es esa identidad se compensa con el creer en los símbolos y los adjetivos que piensan les pertenece, creando creencias que son dogmáticas y pueden considerarse egocéntricas, al pensar que la nación a la que se pertenece tiene la verdad contra muchas falsas verdades que se plantean en otros puntos del planeta, sin embargo estas creencias dogmáticas y egocéntricas le dan sentido a la vida de las personas, no dejan de existir por que creen en su nación y ese lugar  es su sentido de existencia. Por tanto las pasiones que se desatan alrededor de su nación que es su existencia son infinitas por que son sus propias pasiones, sus propias preguntas y contradicciones. La nación se convierte en una proyección de sentimientos y deseos, en un reflejo de su realidad y por tanto la nación es siempre un solo individuo proyectado y por ende cree en la realidad de su nación porque al hacerlo cree en él mismo, de esta forma defenderá a su nación y estará justificado por cualquier pretexto, sin importar si este es  el más banal o el más racional, no importan las connotaciones lo que importa es el sentimiento que construyen las circunstancias de los momentos.
La nación es un símbolo, es una abstracción, que puede ser visible cuando se materializa en el Estado. El estado por ser ya algo tangible se convierte en una especie de similitud con la nación solo en suposiciones pero que en realidad tienden a ser solo discordancia de algo que parece ser la misma cosa. Sin embargo esta contradicción puede ser aprovechada por el Estado para crear puentes que le den esa noción de igualdad, para poder establecer como tal Estado, para crear normas y reglas que mantengan a la sociedad cohesionada, pero también el Estado puede utilizar esa noción para crear violencia ya sea represiva hacia sus propios ciudadanos o violencia externa de defensa que utilice a sus habitantes para combatir por él en cualquier guerra.
EDGAR ALEJANDRO GUADARRAMA RUEDA.

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