Identidad,
exclusión y racismo: reflexiones teóricas y sobre México.
Todas estas opiniones parten
de un principio inherente en el ser humano, que es el de la diferenciación
indiscriminada, comenzando por la parte fisionómica que por más que se quiera
decorar y abolir poniéndole un disfraz de igualdad, la realidad los desnuda y
la naturaleza de la comparación se impone, haciendo desde el primer momento de
la existencia del ser humano, un mundo de extraños que conocen su
diferenciación desde los colores de la
epidermis hasta las diversas formas de percibir el mundo.
La cultura encuentra
entonces, en este escenario teatral de diferenciaciones, un papel propio a
desarrollar, a partir de un choque de cargas culturas diferentes, donde, cada
una es productora de una interpretación
del mundo pero encontradas en el mismo tiempo y espacio, y toda esta carga se
vierte en una concluyente falta de entendimiento, que a su vez genera
siempre un vencedor y un vencido, con
espacio para las mezclas entre una y otra cultura, pero con una definición clara
de una mayor voluntad de poder de una sola de las partes, que se transformará
en la cultura hegemónica.
En México los indígenas son creadores de conflictos
interesantes en cada momento de la historia y son inspiradores de discursos que
la mayoría de las veces son realizados por personajes ajenos a sus conceptos de
vida, que los convierte en, explotados, en marginados, en vulnerables, en
protegidos, en apreciados, pero todas estas acepciones ya no tienen una
diferenciación, es decir, se vuelven
iguales a partir de sus propios
creadores identificados y resaltados por una
única denominación verdadera, que es la de ser excluyentes, porque parten de escribir de y
por una otredad, creándose entonces toda una gama de alusiones que no llegan a
acercarse a un término que pueda percibirse como unión.
De tal manera que nos encontramos en una época llena de
conflictos étnicos, pero no es un tema nuevo, los conflictos siempre han
existido, existen y existirán de una u otra forma, por que no somos iguales, y
de un individuo a otro se encuentra una gran brecha biológica, material e
ideal.
La diferenciación por tanto
es un acto natural en los seres humanos por que es una comparación donde sin
saber con precisión que es por que la identidad es un término complejo y tan
escurridizo que muchas veces parece inexistente, se puede elaborar de mejor
manera un concepto de lo que no se es. Esto sirve de manera eficaz por que le
da a los seres humanos un punto de “gravedad” para paradójicamente saber que es
a partir de lo que es diferente. Por tanto la tolerancia es algo que se intenta
predicar alrededor del mundo para que exista un mayor convivencia, sin embargo
lo que esta en duda es la capacidad que pueda tener el hombre para poner en
practica la tolerancia, esto se contrapone contra la naturaleza de la diferencia,
el ser humano siempre compara para establecer patrones de codificación eso es
algo inevitable.
El mexicano tiene muchos
problemas para encontrar una identidad, si es que existe, desde sus orígenes la
historia ha tenido problemáticas y cambios frustrantes que necesitarían del
mejor psicoanalista para poder ser descifrados. Por tanto la diferenciación y
la exclusión es parte de un mexicano.
Así, el mexicano es pero sin serlo, es la secreción de la contradicción,
es el ornitorrinco de la sociedad, ese animal que es para los biólogos es una
burla de la naturaleza, el mexicano para los cientistas sociales podría ser su
equivalente social; de tal forma nos podemos encontrar con una cualquier
definición de identidad del mexicano y estaríamos en lo correcto, pero si
aseguramos que el mexicano no tiene una identidad tampoco erraríamos en nuestra
definición.
EDGAR ALEJANDRO GUADARRAMA
RUEDA.