Psicología del Nazismo.
El nazismo más que
considerarse una problemática puede concebirse como una consecuencia de
diversos factores que al congregarse en un lugar y época determinada que
contribuía con las situaciones correctas, era inevitable su surgimiento, su
expansión y su importancia en la historia contemporánea. La combinación de
factores psicológicos moldeados por causas socioeconómicas son las que pueden
dar un análisis más completo sobre el fenómeno nazi.
La población alemana no
presento una resistencia importante para con el régimen nazi, una parte de la
sociedad no llego a ser admiradora pero acepto el régimen y la otra se sintió
intrínsecamente atraída cayendo en el fanatismo. El pueblo alemán se encontraba
en un estado de cansancio y resignación íntimos, esto como característica no
solo de los alemanes sino del individuo de la era presente, existe en la época
contemporánea un ser humano que se ha convertido en un espectador que goza y
deambula y se encuentra ahora en una situación en que ni aún grandes guerras y
revoluciones pueden cambiar nada por un instante. El sacrificio de sangre no
puede hacer nada contra la defensa con el estandarte de frivolidad.
La baja clase media presenta
los rasgos necesarios para ser dominados por un líder y representante que reúne
a la vez esos mismos rasgos y más allá de eso tiene el mismo sentir, por tanto
Hitler era el portador de las expresiones que esta clase necesitaba y que se
merecía. A lo largo de la historia de la clase media se presentaban un amor al
fuerte, odio al débil, mezquindad, hostilidad, avaricia.
Una nación que había quedado
golpeada y deshecha por su suerte de guerra; el periodo de la posguerra
pisoteaba a una Alemania que intentaba recuperarse de los azotes de los cambios
mientras que al mismo tiempo se acumulaban sentimientos que desarrollaban las
personalidades de las generaciones jóvenes y viejas; así toda la decadencia de
la situación económica, del prestigio social, de los símbolos de autoridad, de
los padres hacían al mismo tiempo crecer un nuevo estado de animo pasivo y
sumiso pero deseoso de dominación.
Hitler era sensible ante los
deseos del pueblo alemán, el más que nadie escuchaba los anhelos de las masas,
las masas que por su naturaleza cantaban al unísono por un líder que les
devolviera y saciara el poder, así se puede decir que “La gente no quiere otra
cosa que se gobernada decentemente” siendo para el líder no más que la piedra
para el escultor; esto se convierte en una situación casi adaptando la forma de
ley sino fuera por las moralidades con las que se disfraza, pero en realidad el
arte de líder manejador de masas es un arte por más natural, es la revelación
de la voluntad de poder en su máxima expresión, es la ambivalencia del
masoquista y el sádico como correlacionaros del orden del caos.
Hitler es poseedor del
conocimiento intelectual, es descubridor de la sensibilidad de las masas, y es
sensible ante las leyes de la naturaleza, a partir de este camino trazado funda
las bases del nazismo, el cual se lleva a la práctica pero tiene un sustento
teórico que lo respalda, aceptando además conceptos tan subvalorados como la
crueldad y la crudeza del darwinismo que muchos quieren disfrazar, y así, no
puede objetarse de ninguna manera su frase “Reina cruel de toda la sabiduría”.
De esta manera la naturaleza es vista como el gran poder al que tenemos que
someternos, y es, en cambio, sobre los seres vivientes que debemos ejercer
nuestro dominio; esto más que parecer una justificación de los actos (aunque no
quiere decir que no lo es) es la pureza de una verdad que se justifica en cada
momento de la historia y se ve en cada momento del presente, es decir es
llevada a cabo día con día consciente o inconscientemente, por el simple hecho
de situaciones conjugadas en la voluntad de poder, la selección natural, el
amor por la vida y el mismo amor por los hombres, podemos resumir esto en una
frase de Nietzsche “Los débiles y malogrados deben perecer; articulo primero de
nuestro amor a los hombres. Y además se les debe ayudar a perecer.”
Edgar Alejandro Guadarrama
Rueda.
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