COMENTARIO TEORÍAS REDUCCIONISTAS.
Las teorías reduccionistas tienen en su trasfondo y esencia
misma una misma directriz que se inclina en la premisa de que el ser humano es
violento por naturaleza; por lo cual el hombre tiene innata a la violencia en
su misma definición como ser y en su mismo desarrollo, establecido como
condición simple más allá de consideraciones morales impuestas en un mundo
social, erigiéndose las palabras de Nietzsche al decir que “Cuando no hay
batalla en la cual participar, el hombre beligerante mantiene una lucha contra
sí mismo”; así, el mote de violencia se
vuelve intrínseco al ser humano, parte inseparable de la naturaleza humana como
lo apuntan perentoriamente las teorías reduccionistas. Con esta conclusión se
privan y derrocan argumentos sobre opiniones sociales y culturales,
enalteciéndose la biología sobre las construcciones y estructuras de la
sociedad moral.
En mi particular punto de vista las teorías reduccionistas
tienen argumentos necesarios para hacer valer su postura; porqué la violencia
es juzgada socialmente a partir de que se presenta como un problema, sin
embargo la violencia por su misma profundidad en el ser del hombre constituye
parte de su humanidad, parte de su existencia; de la misma forma como lo son el
amor, la amabilidad que no se juzgan por su “moral aceptable ante la sociedad”,
pero esto no quiere decir que el amor o la amabilidad no sean igual de
destructivas que la violencia, ya que como lo dice Fromm, en su teoría de la
ambivalencia, la violencia puede ser benigna o maligna dependiendo de la
conveniencia de quien la esté aplicando y de las perspectivas que se tengan en
determinada época y lugar, y esta teoría no solo se puede aplicar a la
violencia, sino también, a todas las condiciones humanas que integran a los
seres humanos. De tal manera que el bien y el mal enmarcadas en distintas
percepciones determinan lo que es violento o no, así estas perspectivas acusan
a la construcción o a la destrucción, al orden o al caos, y que sin embargo
todas estas percepciones constituyen el todo íntegro de la humanidad, por que
la violencia se aleja de las percepciones, se aleja del bien y del mal, por que
se encuentra más allá de los juicios, por que se encuentra más allá de lo
cultural y lo social, por el simple hecho de ser natural.
EDGAR ALEJANDRO GUADARRAMA RUEDA.
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