lunes, 13 de febrero de 2012


COMENTARIO TEORÍAS REDUCCIONISTAS.

Las teorías reduccionistas tienen en su trasfondo y esencia misma una misma directriz que se inclina en la premisa de que el ser humano es violento por naturaleza; por lo cual el hombre tiene innata a la violencia en su misma definición como ser y en su mismo desarrollo, establecido como condición simple más allá de consideraciones morales impuestas en un mundo social, erigiéndose las palabras de Nietzsche al decir que “Cuando no hay batalla en la cual participar, el hombre beligerante mantiene una lucha contra sí mismo”; así,  el mote de violencia se vuelve intrínseco al ser humano, parte inseparable de la naturaleza humana como lo apuntan perentoriamente las teorías reduccionistas. Con esta conclusión se privan y derrocan argumentos sobre opiniones sociales y culturales, enalteciéndose la biología sobre las construcciones y estructuras de la sociedad moral.
En mi particular punto de vista las teorías reduccionistas tienen argumentos necesarios para hacer valer su postura; porqué la violencia es juzgada socialmente a partir de que se presenta como un problema, sin embargo la violencia por su misma profundidad en el ser del hombre constituye parte de su humanidad, parte de su existencia; de la misma forma como lo son el amor, la amabilidad que no se juzgan por su “moral aceptable ante la sociedad”, pero esto no quiere decir que el amor o la amabilidad no sean igual de destructivas que la violencia, ya que como lo dice Fromm, en su teoría de la ambivalencia, la violencia puede ser benigna o maligna dependiendo de la conveniencia de quien la esté aplicando y de las perspectivas que se tengan en determinada época y lugar, y esta teoría no solo se puede aplicar a la violencia, sino también, a todas las condiciones humanas que integran a los seres humanos. De tal manera que el bien y el mal enmarcadas en distintas percepciones determinan lo que es violento o no, así estas perspectivas acusan a la construcción o a la destrucción, al orden o al caos, y que sin embargo todas estas percepciones constituyen el todo íntegro de la humanidad, por que la violencia se aleja de las percepciones, se aleja del bien y del mal, por que se encuentra más allá de los juicios, por que se encuentra más allá de lo cultural y lo social, por el simple hecho de ser natural.

EDGAR ALEJANDRO GUADARRAMA RUEDA.

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